ASPECTOS A CONSIDERAR PARA FAVORECER EL DESARROLLO PSICOMOTOR
DURANTE EL PRIMER AÑO DE VIDA
"El desarrollo normal de un niño en su totalidad (físico, mental, emocional y social) depende de su capacidad para moverse." (Karel Bobath).
En términos cotidianos se considera el desarrollo psicomotor como un proceso continuo a lo largo del cual el niño y la niña adquieren progresivamente las habilidades que le permitirán una plena interacción con su entorno. Para los especialistas en el área psicomotora esta es la habilidad que se observa de forma continua durante toda la infancia, siendo la manifestación externa de la maduración del Sistema Nervioso Central, la proliferación de las dendritas y la mielinización de los axones son los responsables fisiológicos de los procesos observados en el área motora.
La maduración de las estructuras nerviosa (cerebro, médula, nervios y músculos), ocurren en un orden preestablecido y hacen que el desarrollo psicomotor también se manifieste como una secuencia clara y predecible, caracterizado por presentarse como un proceso continuo, ordenado y en sucesión de etapas, en el que los cambios son previsibles, cada fase es un soporte para la siguiente. La dirección del desarrollo es céfalo caudal, de proximal a distal y de actividades globales a específicas. Existe correlación exacta entre la aparición de una etapa y la edad cronológica.
Cada ser humano trae en su conformación genética la información necesaria para dirigir su desarrollo, pero el proceso es largo y delicado, se requieren estructuras y órganos que funcionen adecuadamente y una apropiada estimulación. Los controles pediátricos y el conocimiento del padre y la madre acerca del calendario de progresos del bebé normal ayudan a detectar a tiempo retrasos en el desarrollo psicomotor, sin embargo, hay que tomar en cuenta que el ritmo y la intensidad de las funciones le son propias a cada persona. De ahí que es común observar avances o retrasos en los diferentes aspectos del desarrollo.
Cuando se observe alguna conducta que pareciera estar fuera de los parámetros de normalidad hay que acudir al pediatra, a fin que realice el diagnóstico y trate sus causas a través de una rutina de ejercicios y actividades de estimulación para potencial al máximo las capacidades de niño o la niña.
Este desarrollo, llamado "psicomotor", es decir el desarrollo de la capacidad de utilizar los sistemas sensoriales y músculo-esqueléticos para moverse, será la base del desarrollo de todas las demás áreas en el crecimiento de un niño. Será la base para el desarrollo cognitivo, del lenguaje y posteriormente del desarrollo social y emocional.
EL DESARROLLO PSICOMOTOR Y LA COMUNICACIÓN AFECTIVA
La estimulación adecuada es necesaria, pero hay que evitar los excesos y la aplicación sin criterio, esto puede aturdir al bebé, frenando su propia iniciativa e incluso llegarle a causar lesiones físicas. La afectividad espontánea es un factor determinante en el desarrollo, es preferible ante el fortalecimiento de cualquier habilidad motora, se debe evitar las expectativas desmesuradas, pues esto trae resultados negativos para el niño o la niña y frustración a la familia. La mejor estimulación es atenderlo normalmente y responder a sus demandas con todo el afecto ellos provocan espontáneamente la respuesta que les estimula.
Más que un programa de estimulación se debe establecer una comunicación afectiva, por ejemplo, hablarle, cantarle, tocarle, abrazarle, moverle arriba y abajo, jugando y riendo con el o ella, son reacciones normales que sin tener algún propósito, estimulan naturalmente al bebé y tienen un valor muy significativo.
HABILIDADES DEL NIÑO Y LA NIÑA
El desarrollo en el niño y la niña ocurre de manera integral, sin embargo, a los efectos de realizar una adecuada participación con la intención pedagógica es necesario conocer ¿Cuáles son las habilidades que adquiere el niño? Durante determinados periodos de su infancia. Estas habilidades se suelen repartir en varios campos:
- Desarrollo motor grueso o global, por ejemplo, mantenerse sentado.- Desarrollo motor fino, por ejemplo, forma de agarrar un objeto.
- Desarrollo sensorial, que se observa en la respuesta a luz/colores o sonidos.
- Desarrollo afectivo- social, por ejemplo, la interacción con la mirada, la imitación.
- Desarrollo cognitivo y del lenguaje.
Bibliografía consultada:
Revista Iberoamericana de psicomotricidad y Técnicas Corporales, Agosto 2001
Dr. Juan Narbona García. Especialista en Pediatría. Consultor. Departamento de Pediatría. CLINICA UNIVERSIDAD DE NAVARRA.
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